El consumo privado se recupera con fuerza

Señales claras de que el rumbo económico empieza a dar frutos
El primer trimestre de 2025 trajo una noticia que muchos no esperaban tan pronto: el consumo privado —la medida más amplia de lo que consumen los argentinos— creció con fuerza y alcanzó su nivel más alto en términos absolutos. Un dato que refleja no solo una mejora estadística, sino también una realidad palpable en la vida cotidiana de millones de personas.

De acuerdo con las cifras oficiales, el consumo fue un 5% superior al promedio de 2023, lo que indica una recuperación real, sostenible y apoyada en decisiones económicas concretas. Aún más importante: si se mide per cápita, el consumo también subió, quedando apenas un 1,9% por debajo del récord histórico alcanzado en 2013. En un contexto donde se está ordenando una economía devastada durante décadas, este repunte marca un punto de inflexión.

La recuperación del consumo privado tiene múltiples explicaciones, todas ligadas a los pilares del modelo económico que impulsa el Presidente Milei. Estas son tres razones fundamentales:

1. Bienes durables accesibles y regreso del crédito

En los últimos meses, se observó un marcado aumento en la compra de autos, motos y electrodomésticos. Esto fue posible porque los precios de estos bienes subieron por debajo de la inflación y, gracias a la estabilidad macroeconómica, volvió el crédito en cuotas, lo que facilitó el acceso a estos productos para amplios sectores de la población. La baja de la inflación —logro central del programa económico de Milei— fue la clave para que las familias puedan planificar y consumir nuevamente.

2. Récord de turismo al exterior

Otro indicador del repunte es el récord de viajes al exterior. Esto también forma parte del consumo privado y es posible gracias a un dólar competitivo y accesible, que demuestra que la libertad de elegir —incluso dónde vacacionar— no solo es un valor, sino una realidad tangible para los argentinos.

3. Cambios en los hábitos de consumo

Si bien el consumo en supermercados aún no se recuperó del todo, eso no significa que la población consuma menos. Lo que sucede es que los hábitos de compra están cambiando: crece el uso de deliveries, dietéticas, tiendas especializadas y comidas preparadas. Esto refleja un consumidor más exigente, más selectivo y con mayor acceso a una oferta diversificada, algo que no sería posible sin una economía en proceso de normalización.

Lejos del relato apocalíptico que repite la vieja política, los números y la realidad muestran otra cosa: el consumo crece, los argentinos vuelven a confiar, y la economía se reactiva desde sus bases más genuinas. Con orden fiscal, apertura, competencia y libertad, el proyecto de Javier Milei empieza a dar resultados visibles. Aún falta, pero el camino es claro: más mercado, menos privilegios, más prosperidad.


 

 

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