Melella intenta instalar la narrativa de un Estado benefactor que viene al rescate de quienes han perdido su empleo y su obra social, una historia que ya hemos escuchado demasiadas veces. Lo que no menciona es que ese mismo Estado, que él administra, ha sido responsable de crear un aparato burocrático ineficiente que no resuelve las necesidades de la salud pública; prueba elocuente de ello es la falta de medicamentos en las farmacias de OSEF y la situación vulnerable de más de 65.000 fueguinos que no tienen cobertura social, según lo que ha admitido la propia Ministra de Salud.
El gobernador ha dilapidado recursos en una estructura estatal inflada en lugar de reducir el gasto político, insiste en ampliar el tamaño del Estado. La realidad es que la salud pública de Tierra del Fuego necesita un cambio de paradigma: menos Estado y más eficiencia. Mientras Melella siga apostando por la expansión estatal como solución a todos los problemas, los fueguinos seguirán padeciendo un sistema de salud precario y en crisis permanente.