En un paso hacia la transformación del sistema penitenciario, la ministra de Seguridad de la Nación, presentó esta propuesta con el objetivo es que los presos trabajen durante su reclusión, contribuyendo al mantenimiento de las cárceles y pagando por los delitos cometidos. Bullrich destacó que se busca erradicar el ocio dentro de las prisiones, al que calificó como parte de una «cultura delictiva» que perjudica a la sociedad.
El programa, que ya comenzó en el Complejo 4 de mujeres de Ezeiza, se extenderá a todas las cárceles del país. Incluye la realización de trabajos de mantenimiento y producción, como la confección de uniformes para el personal penitenciario y los propios reclusos. Además, se utilizarán sistemas biométricos para controlar el trabajo realizado por los internos.
Bullrich también anunció que se presentará un proyecto de ley para reformar la normativa sobre la ejecución de penas, asegurando que quienes no trabajen no recibirán salario. El propósito del programa es que los reclusos asuman su responsabilidad con la sociedad, transformando el sistema penitenciario en un espacio donde el trabajo sea obligatorio y productivo.