El legislador Agustín Coto lo dejó claro: «Lo que propone Melella sobre la reforma de la constitución provincial es una reforma de la casta». Y no es para menos. Cada vez que la política mete mano en la Carta Magna, lo hace para garantizarse más poder, más beneficios y más impunidad. Nunca para reducir el gasto, achicar el Estado ni devolverle la libertad al ciudadano. Cuando ven peligrar su poder, inventan una reforma para asegurarse que nadie pueda sacarlos del control del aparato estatal. No buscan eficiencia ni transparencia, buscan perpetuarse.
Argentina ya le dijo basta a la casta en las urnas, y Tierra del Fuego no será la excepción. La única reforma que realmente necesita la provincia es la que devuelva el poder a la gente, termine con los privilegios de los políticos y fomente el crecimiento sin trabas estatales.