El presidente Javier Milei, celebró el logro de su política económica que llevó el índice de junio a solo 1,6%. “Lo festejan los argentinos de bien y lo llora toda mandrilandia. Fin”, escribió el presidente en su cuenta de X, acompañado de un agradecimiento directo al ministro de Economía: “Vamos, Toto”. No es para menos. Desde la asunción del nuevo gobierno, la inflación cayó más de 20 puntos porcentuales mensuales, revirtiendo una tendencia de deterioro acumulado durante décadas de desmanejo político y demagogia económica.
Argentina está siendo testigo de un fenómeno inédito: la inflación cae sin haber recurrido a ningún tipo de congelamiento ni control de precios. Por el contrario, se ha avanzado en una fuerte liberalización de la economía, reducción del gasto público y sinceramiento de tarifas. Esto echa por tierra el dogma keynesiano que tantos años justificó el desastre económico. Milei lo anticipó: “La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario”. Hoy, los hechos le dan la razón. El desafío ahora es consolidar este proceso y avanzar hacia una Argentina libre, competitiva y sin inflación, donde el mérito, el trabajo y el ahorro vuelvan a ser valores posibles.